La iglesia del Siglo 21

Cuando era pequeño recuerdo ir al templo evangélico y encontrar esos bancos viejos de madera, sobre ellos se recostaba un frágil libro naranja llamados Himnarios, recuerdo el frío que nos brindaba la costa Necochense pero recuerdo el calor con el que la iglesia entonaba «Alabanzas» pronto llegaría Marcos Witt a instruir a la iglesia sobre el tema en cuestión, y junto con el desembarcaron un sin fin de «adoradores y salmistas» que expresaron la importancia de «entrar a Sion» a la tierra de la adoración. Hoy, luego de varios años de haber vivido esta supuesta explosión de avivamiento encuentro que la Iglesia se enfrenta a un nuevo desafío, quizás el más importante y decisivo de su vida espiritual, el vivir la adoración 24/7. ¿Significa que deberíamos estar cantando a cada hora? No, de ninguna manera; significa que debemos empezar a desechar paradigmas y adquirir  nuevos, debemos comenzar a vivir la vida y en ella ser adoradores.

Comenzar a despegarnos de las «reglas» si es posible, desterrar TODA regla humana (religión impuesta por la iglesia) y comenzar a ensayar la relación con Cristo y que esta escriba cuales son las reglas a seguir en base a una relación real y personal. Hace tiempo tomé este camino que  excluye de la iglesia tradicional, no hay lugar para los que «rompemos las reglas» pero al hacerlo podemos encontrar a un Dios más cercano con dimensiones de su santidad tan grandes que nos deja tan lejos de él y que, no sería por medio del entendimiento de quien soy y quien es el que podría estar sintiendo que estoy en el camino correcto y disfrutar de esta adoración hacia su persona con un diario andar, a cambio y sin importar ni pedir transacción alguna, Dios me regala sus canciones proféticas sobre mi vida.

He decidido abandonar el salero, no quiero más estar con un puñado de sal que se guarda en sus paredes religiosas, en cambio he decidido estudiar, alcanzar logros en la sociedad, no recuerdo la ultima vez que un pastor o líder predicó directamente sobre estudiar y prepararse para la vida y ser adoradores en eso, claro, es más atractivo y fácil enseñar que debemos ser adoradores y seguir la imagen que estos músicos nos dejan. En cambio en vez de oler a «huerto de riego»  muchas veces huelo a cigarrillo, a marihuana y a lo que ellos, ovejas sin pastor huelen, porque un pastor huele a ovejas y si oles a limpio dudo que sea porque estés haciendo un buen trabajo pastoral.

La iglesia del Siglo 21 debe entender que debe adorar consiguiendo títulos,tomando roles de jerarquía en la sociedad, ser los destacados en nuestros trabajos y luchar por las necesidades de nuestros pares y quiero hacer una salvedad, titulo de grado no de un seminario de encierros. Es hora que seamos los líderes de nuestra nación, que tomemos aquellas áreas que le regalamos al enemigo, te animo a que seas esa generación próxima que mire a lo eterno y no a las luces de una plataforma evangélica vacía.

 

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